
¡HOLA! ME LLAMO MAIDER Y SOY UN POCO PERRA.
Siempre he dedicado mi vida a la fotografía, de una manera u otra. Pienso que no sirve de nada tener un trabajo que te aporta una estabilidad económica si no te hace feliz. No me gusta la monotonía, los horarios fijos, el saber qué haré de lunes a viernes durante los próximos meses. Eso es lo que me aporta dedicarme a mi propia empresa. Una montaña rusa que a veces te marea y te hace vomitar, pero a la que siempre voy a querer seguir montando.
Empecé este proyecto a raíz de ver cómo gracias a una foto, la perra que tenía en casa de acogida después de cuatro meses sin que nadie preguntase por ella encontraba un hogar donde a día de hoy es la perra más feliz del mundo.
Por eso quiero que a través de mi trabajo el mundo vea a los perros de la misma forma que los veo yo, que los miren a los ojos y les hagan sentir, aunque no lo conozcan de nada. Que vean la fuerza que tiene vivir junto a un perro al que consideramos familia, y al que queremos por encima de todo.

¿Quieres saber algo más sobre mí?
Ya sabes que me llamo Maider, vivo en Nabarniz, tengo 27 años y soy fotógrafa canina por vocación.
Como te he dicho antes, esto es mucho más que una empresa dedicada a la fotografía, aquí no sólo encontrarás fotografías en las que salgan perros, también verás una gran parte de mi vida.
01
Mi ojito derecho, “la favo”, “Currupipi”, la jefa número 1… siete años junto a ella tras sacarla de un infierno y adoptarla cuando tenía seis meses. La bulldog francés más bonita del mundo mundial.
02
Mi otro ojito derecho, “Maruja”, la jefa número 2… han pasado cuatro años desde que la adoptamos con tan solo un mes y medio, cuando la llevaba en un bolsillo. Con ella tengo una conexión que no había sentido nunca antes.
03
El mejor compañero de vida que nadie puede tener, alguien con quien lo más importante no es quererse mucho si no quererse bien y con quien tengo la suerte de compartir todo lo que suceda en Mestizaa.
04
Me encantan los hoteles, trabajar en una cama con sábanas que huelen como solo las sábanas de hotel pueden oler, pero nada se compara a tener una furgoneta con la que viajar por donde quiera, con la que dormir donde nos dejen, cocinar al aire libre y trabajar con vistas al mar.
05
Mi pequeño gran castillo, donde me vuelvo loca con la decoración, donde paso horas jugando a la Play, tirada en el sofá viendo series en Netflix y trabajando delante del ordenador. Estáis invitados, hay galletas para todos!
06
Mis dos únicos vicios, con los que podría gastar el dinero que gano sin remordimiento. Quien se haya tatuado alguna vez me comprenderá y sabrá que una vez que empiezas… es difícil parar. Y la ropa… ay la ropa! Creo que dice mucho de la persona que la viste y que es una forma más de expresión.